Prepara una mezcla de arcilla blanca y pulpa de Aloe Vera a partes iguales. Bate la mezcla hasta conseguir cierta cremosidad; aplica esta mascarilla después de una limpieza con jabón natural de Aloe.
Retira las impurezas de tu piel con jabón cosmético de Aloe Vera cuya receta he publicado, dando un suave masaje; aclara abundantemente y seca con toalla de algodón. Extiende la mascarilla y tómate un descanso tumbada, durante al menos 10 minutos. Sentirás que la arcilla se seca y se produce una especie de picor leve. Aclara con agua tibia, seca tu piel con sumo cuidado y completa el tratamiento extendiendo un poco de la crema de Caléndula; enseguida lucirás una piel limpia, fresca y radiante. Repite este tratamiento cada 15 días.
La arcilla blanca activa la circulación sanguínea, el Aloe Vera contribuye a eliminar células muertas. |